24 marzo – 5 abril – Buenos Aires y sus buenos habitantes

La Casa Rosada

(By Carlos)

La mañana del lunes 24 de marzo de 2014 amaneció radiante, como mi cara tras una nueva victoria del Barça en el Bernabéu. Tuve claro que ese día merecía un buen desayuno argentino y así fue, al enorme capuccino y a la media luna (como le llaman por aquí a los croissants) les acompañó la lectura de la prensa local que informaba brevemente de lo sucedido en el clásico, destacando, como no podía ser de otra forma, la gran actuación de Messi. Fotito enmarcando el momento para Instagram y a disfrutar de esos preciosos instantes que te regala la vida.

Desayuno argentinoMás tarde tomábamos un bus que nos llevaría de Puerto Iguazú a Buenos Aires en un trayecto de unas 20 horas. Antes, nos regalamos un tradicional bocadillo de milanesa. Sí, empezábamos a estar bastante integrados en Argentina :)

Milanesa
La marcha hacia la capital se retrasó debido al corte de carreteras por parte de maestros que reclamaban una subida de salarios ante la creciente inflación que afectaba al país. No pudimos avanzar durante varias horas, pero nada más. La protesta fue pacífica. Nos contaron que eran habituales este tipo de reclamaciones al Gobierno cuando éste no ajustaba los salarios en momentos como el actual. Nos lo tomamos con calma. Cualquier protesta en Argentina me despierte de entrada un cierto sentimiento de comprensión. La idiosincrasia del país da como para que siempre haya motivo tanto para el descontento como para todo lo contrario. Además, no teníamos prisa y encima tuvimos la suerte de tener una especie de upgrade en nuestro colectivo (autobús), que resultó de pasar a un nivel superior y con asientos de lujo. Así que peliculita, charla con algunos pasajeros y cabezadita de casi 10 horas, como bebés.

Casa Rosada

Esperando a Cristina ante la Casa Rosada

La llegada a Buenos Aires no pudo ser mejor. Nos alojaríamos en la casa de Brenda y Rodrigo, argentinos aficandos en la capital bonaerense desde hace mucho, pero con raíces en Rosario y La Plata. Brenda es prima de mi amiga Gabi, la novia de mi querido amigo Marcial, y Rodrigo es su marido. Brenda y Rodri estuvieron en Barcelona hace bastante tiempo y yo les dejé unos carnets para asistir a un partido del Barça, pero nunca nos habíamos visto en persona. No era necesario. Ahí empezamos a comprobar el carácter hospitalario argentino. No dejaría de sorprendernos.

Brenda, Cristina, Pablo, Rodri y Carlos. Un buen grupo culinario!!

Brenda, Cristina, Pablo, Rodri y Carlos. Un buen grupo culinario!!

La casa en la que nos alojábamos era acogedora y muy espaciosa, situada en el agradable barrio de Caballito y, aunque al llegar no se encontraban sus dueños, el recibimiento de Alicia, que trabaja desde hace años ahí, y los cariños de la mimosa perra Atenea nos iluminaban las caras. Por si fuera poco, Brenda nos dejó una nota en la que nos invitaba a ponernos cómodos en los dos cuartos de la casa y a dar cuenta de una bandeja de alfajores que presidía la mesa de la cocina, así como de la repleta nevera. Todo eso, junto a la contraseña del siempre necesario wifi, dos tarjetas de metro (cargadas!!) y una invitación al asado que esa noche tendríamos con ellos en el jardín de la casa ¿Se podía pedir más?

Alfajores

La cariñosa Atenea, siempre pidiendo mimos. Cómo resistirse a esa carita de pena

La cariñosa Atenea, siempre pidiendo mimos. Cómo resistirse a esa carita de pena

El mate no faltaba en casa de Rodri y Brenda

El mate no faltaba en casa de Rodri y Brenda

Pues aún tuvimos más. En Buenos Aires cuento con dos buenos amigos, Javi y Sole, una pareja de argentinos de treinta y tantos que vivieron durante unos años en Pollença (Mallorca), donde les conocí. Javi es cocinero y trabajó en el restaurante del Hotel Formentor, el Pi. Allá conocieron a los Buadas (Juanmi, Kiko, Alfonso y Bea), cuatro hermanos pollenciles amigos de ambos y a los que hay que conocer. Yo cada año paso algunos días en Pollença y durante varios años eso suponía además ver a Javi y Sole. Luego éstos decidieron volverse a Argentina, donde viven actualmente junto a sus dos preciosas niñas, Lucía y Emilia, y ahora que yo pasaba por ahí no podía dejar de visitarles.

Cochinillo

Las Carretas, ASADO con mayúsculas

Al decirle que ya estábamos en Buenos Aires, Javi se ofreció inmediatamente a llevarnos a comer asado «a la mejor parrilla del universo». Vale, sí, tendríamos asado también por la noche, pero teníamos hambre, estábamos en Buenos Aires y… ¿Cómo rechazar una invitación como esa? Pues allá que nos llevó Javi, hacia Tigre, a las afueras de la ciudad, al restaurante Las Carretas, donde a él mismo le llevó un amigo cuando volvió a Argentina. Por el camino nos empezamos a poner al día y durante la comida seguimos haciéndolo, intercalando la conversación con comentarios del tipo «cómo está esto», «ufff qué tierna», «más vino por favor» o «este cochinillo está de muerte». No hase falta desir nada más.

Con Javi Masterchef

Con Javi Masterchef

Librería argentina

Con Javi visitamos Tigre, junto al río. Una zona preciosa , aunque vacía un martes al mediodía. Sin embargo, el paseíto al sol para bajar la comilona sentó mejor que bien. Luego nos llevó a conocer la Boca, lleno de colores y de pequeños balcones con ropas colgadas, el barrio en el que se encuentra el famoso estadio de La Bombonera, donde juega Boca Juniors. La zona está hoy muy enfocada al turismo, pero sigue siendo un rincón singular con historia, que merece la pena visitar. Otro día recorrimos las calles y el mercado de San Telmo, con tango y tertulias de café en el ambiente.

República de la Boca

Mercado de San Telmo

Mercado de San Telmo

Uno de los puestecitos llenos de historia del mercado de San Telmo

Uno de los puestecitos llenos de historia del mercado de San Telmo

Y hablando de historia, el gran colorido de la Boca procede al parecer del hecho de que sus habitantes, pobres en su mayoría, utilizaban los sobrantes de pintura que traían los marineros para pintar sus casas y cuando se acababa seguían pintando con cualquier otra. Eso hacía que las viviendas resultaran de colores muy diversos.

La Boca

La Boca

La famosa calle Caminito, en la Boca

La famosa calle Caminito, en la Boca

Javi como pez en el agua en la Boca (aunque es de Estudiantes, yo lo vi un poco bostero :P)

Javi como pez en el agua en la Boca (aunque es de Estudiantes, yo lo vi un poco bostero :P)

Otra curiosidad, muy conocida, es que los colores azul y amarillo de Boca Juniors, que llenan actualmente el barrio, se escogieron al azar. Los fundadores del club estaban sentados mirando al mar cuando decidieron que los colores de su equipo serían los de la bandera del primer buque que vieran acercarse. Fue un barco sueco.

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Interiores de la BocaSeguridad en la BocaEn un bar de la Boca pintado al modo bostero (del club Boca Juniors) me tomé un excelente espresso, porque Argentina es de esos países donde los cafeteros pueden darse por satisfechos. No es difícil encontrar café de calidad.

Carlos cafetero en la Boca

Javi ante la vía del tren en la que había llegado a desplazarse junto a otros aficionados de Estudiantes para jugar contra Boca Juniors. Un verdadero viaje a la Boca del Lobo, eh Javi? ;)

Javi ante la antigua vía del tren en la que había llegado a desplazarse junto a otros aficionados de Estudiantes para jugar contra Boca Juniors. Un verdadero viaje a la Boca del Lobo, eh Javi? ;)

El histórico Café Tortoni

El histórico Café Tortoni

Tras visitar la preciosa librería de El Ateneo, nos encontramos ya con Brenda y Rodri en su casa. Su amabilidad ya había quedado probada, su hospitalidad no dejó de impresionarnos, ampliada a la madre de Brenda, Cristina, quien se unió a nosotros en más de una ocasión. Conocidos en persona, vimos además lo bien que lo íbamos a pasar a su lado. Brenda es farmacéutica, amante de los animales, hincha de River y amante de los viajes y de la buena vida, algo que nos une, por supuesto :) Lo mismo puedo decir de Cristina, que nos invitó a su elegante apartamento en Puerto Madero, y de Rodri, periodista deportivo en la ESPN, especializado en fútbol internacional y algo más simpatizante de Boca. A ambos les une una amistad con Gabi Milito y, por tanto, con Independiente, lo que un día nos llevó a visitar una de las canchas con más historia del fútbol argentino.

Librería El Ateneo

Librería El Ateneo

Lujazo en la cancha de Independiente, el Estadio Libertadores de América

Lujazo en la cancha de Independiente, el Estadio Libertadores de América

El primer encuentro en persona con nuestros anfitriones fue con un asado casero en preparación. Ya habíamos tenido uno asadísimo ese día, pero este no desmereció en absoluto y fuimos incapaces de renunciar a un solo pedacito de las delicias que Rodri iba sacando de la parrilla con ese estilo innato que parecen adquirir todos los argentinos para cocinar la carne. Brenda demostró previamente que ella también conocía perfectamente cómo preparar unas buenas brasas. Un gran equipo, vamos. El vino, como fue habitual en nuestra estancia en el país, a gran nivel. Mención especial en este caso para un descubrimiento bonaerense, el matambre a la pizza, la jugosa carne con algo de tomate y queso por encima, todo fundido. (Siento que este post resulte algo molesto para los vegetarianos, pero un carnívoro como yo debe recordar el disfrute de paladar que viví estos días).

Asado con Rodri&Brenda

Super Asado by Rodri&Brenda

Rodri y Ate

Rodri y Ate

Así pues, disfrutamos de nuestros anfitriones tanto como de su ciudad. Fuimos en varias ocasiones a cenar, compartimos desayunos a base de diferentes tipos de alfajores (el dulce nacional), probamos el excelente helado de dulce de leche (ok, quizás sea este el dulce nacional, que son muy sweet los argentinos y argentinas), tuvimos otra cena casera tras vivir el acontecimiento nacional que supone un Boca-River (con más alegría por parte de la pareja Brenda-Carlos ante la victoria a domicilio 1-2 de los Gallinas), paseamos de noche por la lujosa área de Puerto Madero, salimos a cenar y a bailar por el animado barrio de Palermo y cerramos el círculo cenando en el restaurante de Javi, lo único a lo que nos dejaron invitarles a lo largo de los 12 días que pasamos en su casa. No hay palabras.

Noche en Buenos Aires

Calles de Buenos Aires

Catedral Metropolitana de Buenos Aires

Catedral Metropolitana de Buenos Aires

Grupo argentino en Hemingway'sGratitud eterna, amigos para siempre y esperemos que futuros encuentros aquí o allá.
Así pues, nuestra larga estancia en Buenos Aires se podría explicar por las enormes facilidades con las que nos encontramos para visitar una de las más importantes y más interesantes capitales del mundo, pero lo que realmente justificó el quedarnos más tiempo que en ninguna otra parte fue lo bien que lo pasamos en todo momento, junto a nuestros anfitriones, junto a Javi y Sole y junto al resto de amigos y amigas argentinos que fuimos conociendo.

Tango en San Telmo

Tango en San Telmo

Calles de Buenos Aires

Teatro Colón. Una belleza

Teatro Colón. Una belleza

No hay nada mejor que conocer los lugares con locals y en Argentina eso se multiplica exponencialmente, porque el dicho «los amigos de mis amigos son mis amigos» tiene su máxima expresión en ese país. Cualquier amigo que te presente a los suyos, inmediatamente te convierte en uno más y ellos pasan a tratarte no solo como uno más, sino como un invitado, es decir, con la hospitalidad abrumadora de la que hacen gala.

Festival japonés en el restaurante Shokudo, de San Telmo. Obviamente, Javi se empeñó en invitar. Estos argentinos...

Festival japonés en el restaurante Shokudo, de San Telmo. Obviamente, Javi se empeñó en invitar. Estos argentinos…

Arròs negre en Hemingway's. El paso por Mallorca dio sus frutos

Arròs negre en Hemingway’s. El paso por Mallorca dio sus frutos

Así, gozamos en primera línea de un partido de Independiente, al que nos llevaron y trajeron amigos de Rodri; navegamos, comimos, bebimos, pescamos y reímos (más o menos por ese orden) en el río de La Plata en la barca de Ramiro, amigo de Javi, cuya casa también fue escenario de otro gran asado al que invitaron a los primos lejanos; bailamos con el espectáculo callejero de percusión de La Bomba del Tiempo y nos encontramos en diversas ocasiones con Joaquín, el socio de Javi y Sole en el restaurante Hemingway.

Pescar, no pescamos nada, pero qué rico el aperitivo en la barca de Ramiro con Campari y zumo de naranja :P

Pescar, no pescamos nada, pero qué rico el aperitivo en la barca de Ramiro con Campari y zumo de naranja :P

El atardecer en el Río de la Plata... Una imagen vale más que mil palabras

El atardecer en el Río de la Plata… Una imagen vale más que mil palabras

No somos Miami Vice... Pero casi

No somos Miami Vice… Pero casi

Javi y Sole son propietarios de un par de negocios, uno de ellos el restaurante Hemingway (Hemingway’s Caballito en Facebook), un local moderno y divertido, con una cocina sin grandes pretensiones, pero honesta y bien rica. Vamos, que sin ser tener una carta como la de algunos de los restaurantes de cinco estrellas en los que Javi había trabajado, está rico rico rico. A Javi le parece que lo que hace es fácil. A mí no me lo parece en absoluto y, con la de restaurantes que he conocido, puedo decir que este estaría entre mis fijos en Buenos Aires si viviera allá. Y no porque lo lleve un amigo.

Cenita personalizada para los primoslejanos en Hemingway's Caballito

Cenita personalizada para los primoslejanos en Hemingway’s Caballito

En ese restaurante pasamos varias veladas muy agradables y allá cerramos con todo el dolor de nuestro corazón la visita a Buenos Aires, una ciudad que merece un análisis aparte, junto con el del particular carácter argentino. Lo haremos en el siguiente post, que esto ya queda muy largo. Será que se me ha pegado algo de la Argentina… :)

21 – 24 marzo – Iguaçú – Iguazú. El parque temático del agua

Iguazú con Arco Iris

(By Carlos)

El reencuentro entre los primos lejanos en la estación de trenes de São Paulo fue… digamos que complicado. Pablo llegó como pudo en un taxi que se abrió paso lentamente entre el denso tráfico de Sampa. Yo tuve que hacerme un hueco entre la marea de gente que llenaba las estaciones y vagones de metro en una de las habituales «horas pico» de las grandes ciudades de Sudamérica.

Otros pudieron tomarse la espera del bus con más calma

Otros pudieron tomarse la espera del bus con más calma

Pablo y yo habíamos quedado en un punto de la estación a una hora concreta y ambos llegamos unos minutos después de la misma y, al no ver al otro, cada uno optó por buscar en diferentes lugares: las taquillas, la salida de buses, la sala con ordenadores… Así, dando vueltas como el gato y el ratón casi perdemos el transporte que nos llevaría a Foç de Iguaçú. Sin embargo la razón se impuso y en el último minuto ambos coincidimos en el único lugar en el que debíamos estar en aquel momento: la puerta del autobús. Sudados, algo estresados y con uno incluso lesionado nos acomodamos como pudimos en el austero bús en el que pasaríamos la noche. Habíamos estado separados menos de 48 horas, pero había mucho que contarse.

Degustación de alfajores en Puerto Iguazú

Degustación de alfajores en Puerto Iguazú

Nada más llegar a Foz de Iguaçú nos dispusimos a tomar un nuevo autobús para cruzar la frontera y alojarnos en el que sería nuestro campamento base para visitar las cataratas, el pequeño pueblo de Puerto Iguazú, en Argentina. Pero antes debíamos sacar una gran cantidad de dólares para entrar con ellos en el país. Argentina cuenta actualmente con un doble cambio respecto al dólar, uno, conocido como dólar blue, que se cambia en determinados lugares de la calle a cambistas, y otro, el cambio oficial, que se puede obtener en cualquier banco o agencia oficial. Ambos tipos de cambio oscilan constantemente pero el blue resulta habitualmente un 40% más favorable, a veces hasta un 50%. Así pues, la cosa parece clara. El caso es que en Brasil descubrimos que no podíamos extraer dólares de los cajeros y en Argentina sabíamos que era imposible.

Terminal de Transporte Urbano Pedro Antônio de Nadai (Foz de Iguaçú)

La solución fue cruzar la frontera con Paraguay en un par de ocasiones y visitar diferentes cajeros hasta dar con alguno que nos permitiera obtener dólares. De esta forma conocimos brevemente Ciudad del Este, una localidad fronteriza de Paraguay que parece un mercadillo gigante en cuanto pones un pie sobre ella. Una locura de puestos ambulantes, centros comerciales de todo tipo y vendedores, taxistas y mototaxis por todas partes.

Ciudad del Este (Paraguay)

Nos recomendaron establecernos en el lado argentino, por ser este más acogedor. Ciertamente lo era, al tener menos de la mitad de población y tamaño que Foz de Iguaçú. Sin embargo, vimos después que el pueblo argentino de Puerto Iguazú tiene poco de argentino y casi menos de pueblo, es más bien un conjunto de restaurantes, heladerías, cafeterías, bares y hostels prestos y dispuestos para las hordas de turistas cuyo único objetivo no es otro que visitar las famosas cataratas.

Turistas cazando cascadas

Así , nuestro primer bife de chorizo y copa de vino en suelo argentino no se correspondieron con lo que el país ofrece. Para acabarlo de completar, el hostel en el que nos alojamos resultó un mugriento cuchitril cuyo «Super Breakfast» anunciado consistía en un par de botellas de leche, algo de cereales, una extraña mantequilla y unos trozos de pan… a repartir entre todos los huéspedes. Si llegabas tarde, el «Super Breakfast» se quedaba en un «Whatever Breakfast». De todas formas, más adelante algún argentino nos apuntó que aquél pueblo fronterizo «no es Argentina», en el sentido de que nada tiene que ver con cualquier localidad del país. Es una base para turistas y nada más. Simplemente, la mayoría de negocios los llevan argentinos.

Decepcionante bife de chorizo en Argentina. ..Solo fue un accidente

Decepcionante bife de chorizo en Argentina. ..Solo fue un accidente

Pero lo que encontráramos en Puerto Iguazú era lo de menos, allí uno está únicamente para visitar las cataratas y a eso que fuimos. Optamos por visitar el primer día el lado argentino, por ser el que dispone de más recorrido y el que puede requerir de más tiempo para visitarlo. Da gusto ver lo bien montado que lo tienen. Todo muy limpio, con caminos bien indicados y personal amable y dispuesto a ayudar en lo que haga falta. No falta algo de merchandising y de venta de comida o bebida, pero sin agobios. La sensación es que se ha tratado de ser lo menos invasivos posibles y el resultado es muy positivo.

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Iguazú falls

Fauna del parque... Aquí los bonicos monetes

Fauna del parque… Aquí los bonicos monetes

Lo malo, la contaminación del agua río arriba y que ha hecho que lo que hace unos años eran unas lenguas de agua azul sean ahora de un color amarronado (el marrón no suele indicar nada bueno). Al parecer, este empeoramiento del agua se debe a la tala de árboles descontrolada. Una pena, vamos.

Info sobre el color de agua en Iguazú

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Iguazú

Dicho lo dicho, pasearse entre las aguas de Iguazú resulta espectacular. El ruido ensordecedor de las diversas cascadas llenan el ambiente y su visión desde cerca, lejos, arriba o abajo no deja indiferente. Totalmente recomendable el paseo de 15 minutos en unas barcazas que te llevan prácticamente hasta el pie de las cascadas denominadas Los Tres Mosqueteros. Los giros de 360 grados, la fuerza del agua y el buen ambiente son un buen chute de adrenalina y una visión diferente de las cataratas. Y por lo que pudimos ver, las barcas del lado argentino parecían más grandes y mejores que las del brasileño. En esto, al menos, están más avanzados en el país andino.

Mojadico de gusto en Iguazú

Tras disfrutar como niños de las cataratas del lado argentino, cruzamos al día siguiente al lado brasileño con la curiosidad de qué nos podían ofrecer de nuevo. Al fin y al cabo, se trata de las mismas cascadas, algunas vistas desde más cerca y otras desde más lejos. En todo caso, el día fue, de nuevo, espléndido y eso ayuda y mucho cuando uno se dispone a observar la naturaleza y especialmente si la visita implica mojarse.

Pasarela sobre Iguaçú

Turistas cámara en mano

En el lado brasileño de Iguaçú efectivamente el recorrido es menor y las cataratas que se pueden observar son menos, pero es cierto que gozan de las más espectaculares, como la famosa Garganta del Diablo, y que puedes llegar a acercarte en algún punto de tal modo que resulta excitante. Y también en este caso la cosa está muy muy bien montada. Quizás las plataformas resultan algo más invasivas, al situarse en algunos casos sobre las cascadas y su entorno, pero supongo que es lo que hace el contar con menos espacio.

Turista en remojo

Iguazú InstagramNosotros disfrutamos de los dos días de visita a las famosas cataratas de Iguazú/Iguaçú. La fuerza de la naturaleza se deja sentir como en pocos lugares y merece la pena verlo y vivirlo desde todos los puntos posibles. Es algo en lo que parecen coincidir todos los visitantes: hay que ver los dos lados de las cataratas, cada uno tiene algo especial. Nosotros hicimos los recorridos más turísticos, pero hay otras alternativas de caminos en bicicleta e incluso paseos en barca nocturnos cuando hay luna llena que seguro que mejoran aún más la experiencia.

Pajarito

Tontito bajo cascadas

La tarde del domingo la dedicamos a una nueva visita a Paraguay para proveernos de dólares y rápidamente volver a Puerto Iguazú para ver en algún bar el Madrid-Barça de Liga. Por cierto, el super mercado ambulante de Ciudad del Este se transforma en una ciudad fantasma donde uno no encuentra ni un triste rincón de comida rápida abierto. Para que luego digan de los españoles :)

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El clásico futbolero fue la última alegría de la temporada que me dio mi equipo del alma en la temporada 2013-2014, una victoria en campo rival por 3-4 con un Messi, también estelar por última vez en el año futbolístico con el Barça. Veremos cómo se le da el Mundial. Y a nosotros…

19 – 20 marzo – Un paseo fugaz y frugal por São Paulo

Sampa

(By Carlos)

Muchos países tienen una capital y esta es a su vez es el centro económico y de negocios, donde se concentran la mayoría de grandes empresas. En otras ocasiones la capital es quizás el centro turístico, pero no de negocios o a la inversa. En el caso de Brasil la capital, Brasilia, no es ni uno ni lo otro. La ciudad brasilera por excelencia y la que todo el mundo quiere visitar es Rio de Janeiro y, sin duda, el centro de negocios es São Paulo o Sampa, como llaman a su ciudad los locales.

En menor medida que Rio, pero São Paulo también presenta pobreza y riqueza en poco espacio

En menor medida que Rio, pero São Paulo también presenta pobreza y riqueza en poco espacio

Estatua Sampa

São Paulo es pues donde se mueve el dinero y eso se nota. La oferta gastronómica y de ocio es apabullante y para el bon vivant que llevo dentro no era una mala idea pasar algo más de 24 horas allá. Algo de eso pude comprobar hace un par de años, cuando pasé un fin de semana loco con mi amigo David González. Me lió (y encantado de haberme dejado liar) para vivir una fiesta precarnavalera en São Paulo. Porque sí, en Brasil también celebran el Pre Carnaval. No creo que a ninguno nos sorprenda :)

SanPa

'Peixaria Bar e Venda'

La rua No Interessa del colega brasilero de David, el extrovertido y perfecto anfitrión Alan, fue más que interesante, divertidísma. Quien vaya a Brasil por primera vez, que procure unirse a cualquier tipo de rua. Alan nos llevó de bailoteo diurno y nocturno, a ver un partido de su querido Corinthians en la temporada en la que lo ganó todo y a comer buena picanha. Aprovecho para saludar a mi gran amigo David, con el que últimamente nos hablamos poco, pero ya nos rencontraremos, eh Deivid? ;)

Restaurante en Sampa

Juzgado Sampa

Sin embargo, en esta ocasión el principal motivo para dedicarle al menos unas horas de nuevo a São Paulo no era otro que encontrarme con mi amiga desde hace años, la guapa colombiana Diana. (Evito decir la fea expresión de «vieja amiga», que en una mujer puede sonar muy mal :P). Con Diana nos conocimos hace años en Inglaterra y, aunque es de Bogotá, lleva unos dos años viviendo en Sampa con su marido. Fue genial encontrarla de nuevo y compartir experiencias en un país como Brasil.

'Peixaria Bar e Venda'. Excelente comida y mejor compañía :)

Peixaria Bar e Venda. Excelente comida y mejor compañía :)

‘Baccio di latte’, un baccio al paladar

Baccio di latte

Diana me citó en un excelente restaurante de pescado una noche y compartimos el día siguiente la famosa pizza paulistana. Antes, yo había visitado la heladería más famosa del país y comprobé que su fama le hace justicia. Como veis, no paré de sufrir =D

Fue un placer reencontrarme en persona con Diana, recordar viejos tiempos y repasar los actuales. Me confirmó lo que antes ya me había apuntado Mak en Rio, que São Paulo es una ciudad apasionante y llena de oportunidades, pero a la vez estresante, demasiado grande, algo insegura y muy cara. Ella ya suspiraba con volver a su familiar Bogotá y entiendo que Mak quisiera establecerse en la apasionante Rio de Janeiro.

Pájaro en Sampa

Iglesia en Sampa

Rua Espanha

Diana supo aconsejarme de algunos lugares interesantes a visitar en Sampa, donde la oferta cultural no desmerece a la de ocio. Recorrí uno de los parques más importantes de la ciudad, el de Ibirapuera, donde se encuentran varias salas de exposiciones y museos y se mezclan amantes del ejercicio matutino y del arte, o de ambos, que también los hay! Yo mismo recorrí varias exposiciones y luego hice algo de ejercicio XD Después, aún me dio tiempo antes de comer de pasar por una divertida muestra audiovisual sobre David Bowie.

Centro de Exposiciones SampaFotos Expo Sampa

El Pabellón de Lucas Nogueira Garcez, popularmente conocido como Oca

El Pabellón de Lucas Nogueira Garcez, popularmente conocido como Oca

Expo Sampa

Parque Sampa

Polcía parque Sampa

Por la noche tuve ocasión de pasearme por una de las zonas de bares de Sampa y disfrutar de un par de locales con música en directo y del buen ambiente que incluso en un miércoles cualquiera puede uno encontrar en esas ciudades que nunca descansan. Sin embargo, yo sí opté finalmente por el descanso.

El futbolero bar São Cristovão

El futbolero bar São Cristovão

Live music en Sampa

El día después me esperaba un largo viaje a Iguaçú junto a Pablo, con el que me reencontraría en la estación de autobuses. No fue fácil encontrarnos, nos buscamos como el perro y el gato, pero al final logramos juntarnos de nuevo. Toda una experiencia la de no poder localizarse con el móvil, fue como un viaje en el tiempo. Qué complicado era quedar antes, no?