25 enero – 7 febrero 2014. Redescubriendo el Mar en Panamá

PAblo&Carlos

(By Carlos)

Uno de los mayores alicientes que tenía este viaje era el de poder visitar lugares increíbles, de esos que te realzan los sentidos y que te transmiten sensaciones únicas. Y entre esos lugares no podíamos dejar de visitar algunos pertenecientes al mundo submarino. Solo había un pequeño inconveniente, nunca habíamos hecho submarinismo, así que necesitábamos obtener primero el título correspondiente, el Open Water de PADI, que te permite bucear con bombona de oxígeno hasta 18 metros de profundidad. Decidimos hacer el curso en Bocas del Toro (Panamá), siguiendo los buenos consejos de nuestro amigo Roger, que viajó antes que nosotros por el mundo, en su caso por libre. Roger no solo se sacó el título de buceo en el centro de buceo Starfleet, sino que posteriormente amplió su curso para pasar a trabajar como guía de buceo. Luego vimos que este paso es muy habitual entre viajeros que optan por quedarse en un lugar dando clases a cambio de cobijo y manutención. En nuestro caso, seguimos de recreo :)

Carlos starlett

En Bocas del Toro permanecimos 4 días, prácticamente dedicados en exclusiva al curso, que nos exigió de 9am a 6pm durante tres días y que no nos permitía despistarnos por las noches, ya que el buceo es una cosa seria a la que uno no puede acudir con resaca. Aún así, dispusimos de la primera y de la última noche para disfrutar de las juergas de Bocas del Toro en lugares como el Barco Hundido, La Iguana o Aqua Lounge, todos ellos con mucho encanto, aunque invadidos en mayor o menor medida por gringos y otros turistas deseosos de fiesta. Nos quedamos con las ganas de conocer las famosas playas de la zona, la verdadera atracción por la que la mayoría de panameños acuden a Bocas del Toro. Pero para Pablo y para mí el objetivo era aprender a bucear y en eso nos centramos.

Ready to dive

En Starfleet tuvimos como instructor al Gran Theodore, más conocido como Chombo. Nuestros compañeros fueron Marylin Miss Canada y Crazy Christian. Ella de Montreal, él de LA. Fue curioso ver cómo ella se adaptó perfectamente a las necesidades del buceo y él, skater, snowboarder y protagonista de locuras estilo Jackass como estrellar un coche de un salto contra una caravana o quemar su pelo con fuego, tuvo más problemas para adaptarse al medio submarino. Realmente esto del buceo no se parece a nada conocido y resulta extraño al principio, agobiante por momentos, pero en cuanto empiezas a nadar entre peces, corales y algas por primera vez empiezas a darte cuenta de que aquello es algo único que hay que vivir. Ahora tenemos el título. La siguiente inmersión será solo para disfrutar.

Grupo DivingDe Bocas del Toro recordaremos también la hospitalidad de Yurlenis en el Hostel Heike y del buen ambiente que allá encontramos. Mención especial para las catalanas Neus, María Ángeles, Aroa y Cristina, los cracks Nio y Pau (nos vemos en el Poble Sec), Martín de Buenos Aires (en un par de meses te contactamos) y, cómo no, para el superviajero David (Dadabcn en WordPress), que, cómo no, también es de Barcelona.

Heike

Es alucinante la de españoles con los que nos hemos cruzado en este primer mes de viaje y, hasta ahora, el 70% son catalanes. La mayor parte de ellos se encuentran viajando, pero no son pocos los españoles que trabajan o estudian por un largo tiempo en el país que visitamos. David lleva ya un año y cuatro meses por el mundo y, aunque volverá próximamente a casa, tiene claro que no parará de viajar.

Baño

Boxeo niñas Boxeo chavalesDejamos Bocas del Toro como tocaba, celebrando por todo lo alto la obtención de nuestro título de buceo Open Water PADI con nuestro instructor y compañeros y luego uniéndonos a todos nuestros buenos amigos del Heike. Al día siguiente tocaba un largo viaje hacia Panamá City, con taxi boat a las 6 de la mañana, seguido de un bus de 10 horas del que bajamos con el culo torcido.

Panamá City SkylineAsí llegamos a la ciudad que algunos denominan el pequeño Miami, por su distrito financiero coronado por rascacielos, más propio de los USA que de Latinoámerica. Nos alojamos en Luna’s Castle, un viejo edificio reconvertido a hostel para backpackers, menos acogedor que Heike, pero igualmente recomendable para intercambiar impresiones con otros viajeros. De hecho, nos reencontramos allá por sorpresa con nuestros amigos Nio y Pau. La ubicación del hostel era perfecta, en pleno casco antiguo de Ciudad de Panamá, seguramente la zona más interesante para pasear, salir un ratillo o incluso para acercarse al Mercado de Marisco donde probar alguno de los famosos ceviches o cocktails de pescado.

Pau, Nio y PabloEn la capital de Panamá nos echamos unas buenas risas con el grupo panameño en el que nos introdujo Adriana, compañera de universidad y amiga de nuestro primo Javi. Nos resaltó cómo durante su estancia en Barcelona mucha gente se creía que su país era tercermundista y ahora podíamos comprobar la realidad. Con un crecimiento económico envidiable en estos días de crisis en la vieja Europa, Panamá está muy avanzado en muchos aspectos.

Adriana y los primos lejanosSin embargo, el país aún cuenta con uno de los mayores índices de desigualdad en Centroamérica y se calcula que cerca de un tercio de su población (750.000 habitantes) viven en los límites de la pobreza, con tan solo un dólar al día. No es para nada un país tan abierto al turismo como Costa Rica, pero su envidiable situación geográfica le permite gozar de unas perspectivas de futuro optimistas, por las que pasa la importante ampliación del Canal, que fue aprobada en referéndum por más del 60% de la población y que esperemos no se retrase más de lo debido. Por el momento, hay dudas sobre si Sacyr, la empresa española encargada de la tarea, será capaz de cumplir con lo acordado. Por su bien, por el de Panamá y por el de cualquier otra empresa española, esperemos que todo se arregle.

Pablito y Panamá CityAl día siguiente, un desayuno bien local y la visita al susodicho Canal de Panamá marcaron nuestra única jornada completa en la ciudad. El ya centenario canal puede decepcionar a más de uno, los barcos transitan lentamente en los tramos con esclusas y el proceso puede durar más de dos horas. Pero presenciar cómo el hombre ha conseguido unir dos océanos vale la pena. Los franceses iniciaron la obra y tuvieron que renunciar a su finalización. 22.000 personas murieron en dicho intento. Estados Unidos retomó el proyecto más adelante y apoyó la independencia de Panamá respecto a Colombia para controlar el Canal, del que disfrutaron hasta finales del siglo XX. (La influencia estadounidense en Panamá es enorme y se percibe tanto en los negocios, como en la ropa o en el deporte, de forma que los panameños  son un rara avis en la zona, que sitúan, por ejemplo, al béisbol y no al fútbol como su deporte número uno).

Canal con esclusas abiertas

Canal con esclusas cerradas

El Canal recorre 80 kilómetros y lo atraviesan unas 13.000 embarcaciones cada año, pagando diferente peaje en función de su peso (el precio medio por barco es de 30.000$) y deteniéndose en los tres tramos que regulan el diferente calado que llega del océano Pacífico y del Atlántico, llenando una esclusa con agua procedente de un lago artificial creado a tal efecto y vaciando la otra. Así vimos cómo pequeñas locomotoras valoradas en más de un millón de dólares ayudaban a un enorme barco de Hong Kong a transitar por un paso en el que parecía a punto de rozar con sus paredes. Es de aquellos lugares que uno valora haber visto con sus propios ojos. Y ya lo hemos visto. Checked it.

PlayaaPara viajar a Colombia seguimos uno de los consejos de nuestro nuevo amigo David. El transporte por el sur de Panamá se complica debido a la presencia de la guerrilla, por lo que la forma más barata en este caso acaba siendo una combinación de transporte terrestre y de lanchas algo complicada. El transporte más recurrido, el avión, resulta muy caro, así que optamos por la tercera vía, la que llevó a cabo David: en velero. Por un precio similar al del avión navegábamos con todo incluido durante cinco días , visitando durante los tres primeros las islas de San Blas, de las que todos los panameños nos hablaban maravillas. Los últimos dos días eran ya de travesía en mar abierto hasta llegar a un destino de los mejores que podíamos imaginar: Cartagena de Indias (Colombia).

(Para más info: www.sailingkoala.com)

Primates

El archipiélago de San Blas consta de más de 300 islas de las que tan solo están habitadas unas 50, por parte de los Kuna, un pueblo indígena con una lengua propia, completamente diferente al español, y dedicados únicamente a la pesca, a la recolección de cocos y a la elaboración de las molas, unas piezas de tela muy cotizadas en muchos países y por las que se pueden llegar a pagar cientos de dólares.

Niñas KunaNiños Kuna pescando

Aldea

En San Blas gozamos de tres días de presencia en el paraíso, a bordo del velero Sailing Koala, comandado por el capitán Fabián Arcila y su marinero y chef Carmelo Colomna, ambos colombianos. Ambos nos hicieron sentir como en casa y con ellos disfrutamos de grandes anécdotas y de buenísimas comidas, siempre rodeados de unas aguas turquesa y de islas de arena blanca y palmeras que nos situaban en una postal permanente. Lo pasamos genial con nuestros nueve compañeros de viaje. Se trataba de tres amigos suizos que hablaban español casi todo el tiempo, incluso a veces entre ellos. Eran Matt (de la parte germana y tan feliz como serio en su rostro) y los sonrientes francosuizos Gratien Barney Stinson y Damien Roger Federer, que renegaban tanto de los franceses como de sus vecinos suizos de la parte alemana, pero todo con mucha gracia y (casi) sin malicia. A Roger le acompañaba Andrea Arizmendi, la guapa catalana de Salou, de ascendencia gallega y mexicana, toda una mezcla explosiva. Ambos se conocieron en el hotel que Andrea regentaba en Nicaragua y luego se unió a ellos en una parte del viaje, antes de retornar a Europa por un tiempo. Historias que suceden viajando por el mundo. No será la última. En el pasaje contábamos también con las tulipanes holandesas Dorien y Karen, estudiantes de medicina y amantes de la naturaleza que Latinoamérica ofrece, y con la pareja canadiense de Vancouver, Samantha y Cole, que esperaban un bebé ya con 5 meses de embarazo y que habían decidido concederse un último regalito antes de que todo se centrara en el que estaba por venir.

Grupo Sailing Koala

Fueron tres días de charlas, lecturas, siestas, snorkelling, paseos y risas inmersos en paisajes únicos, sin saber en qué día ni hora vivíamos y sin que nos importara realmente, sin conexión alguna con el mundo exterior, como si el tiempo se hubiera detenido para hacernos disfrutar simplemente de lo que teníamos a nuestro alrededor y frente a nuestros ojos.

Carlos chessIslitaSalto

Fue un paréntesis extraordinario del que nos despertaron los dos días de oleaje y movimiento constante, pero que se vieron compensados de nuevo por la llegada a la bella Cartagena de Indias. Yo volvía a Colombia, Pablo se disponía a conocerla. Estábamos ansiosos por empezar a trotar de nuevo.

Carlos y el mar

Panamá: Dive & Friends. (By Pablo)

Grupo barco

La melancolía que sentimos al dejar Costa Rica con mil cosas aún por visitar quedó rápidamente compensada por la ilusión que genera el reto de adentrarse en un nuevo territorio por explorar, en este caso, un prometedor Panamá y su famosa zona costera de Bocas del Toro.

Con la mochila a la espalda encaramos la frontera por un puente de acero y su peligroso suelo entablado con grandes vacíos que obligaba estar muy atento para no caer al río. Al cruzarlo pensé que la escena era como una advertencia que nos daba la vida para estar siempre muy atentos a nuestros movimientos para no meternos en problemas.

puente
Inmediatamente después de ver el cartel de bienvenida al estado panameño, el olvidado verde militar hizo acto de presencia junto con su arma reglamentaria. Nos invitaron amablemente a pasar a una caseta de dudosa legalidad en el que te pegan un sello totalmente irrelevante en el pasaporte sacándote por la cara 3$ y luego te advierten que debes ir al edificio de inmigración para que te firmen la entrada.

frontera
Fuimos al edificio «oficial» para tener el verdadero sello de acceso y la señora de la aduana me solicitó que le mostrara el billete de vuelta a mi país. Tras explicarle que no lo tengo aún, que salgo vía Colombia, que la intención es estar solo 12 días aquí, que hasta el año que viene nada de España y que aún no existe ese billete de vuelta, me dice: pues no puedo firmarte la entrada. A mí me da la risa jejeje pero mantengo mi temple y la sigo taladrando hasta ganarla por agotamiento. Finalmente, me contesta: «vale, vale, no se lo digas a nadie pero te voy a firmar, no debería hacerlo pero te lo firmo», a todo esto Carlos estaba hablando con unos españoles, y mientras me pasaban el pasaporte por la pequeña ventanilla le digo… bueno se lo diré a mi compañero de viaje. ¿Ahhh pero no vienes solo? Si lo sé no te firmo, me dice. Se sieeente, pensé. jeje Luego vino Carlos y también le firmó el suyo a regañadientes. Fue curioso.

Se puede decir que salimos con rasguños superficiales en esta primera novatada de entrada, pero la moraleja de todo este rollo es que cuando cambias de país hay que estar con los seis sentidos activados y saber de antemano de que pie cojea cada puesto fronterizo.

Bocas del Toro nos esperaba con los brazos abiertos y había muchas ganas de ver este adorable lugar. Está ubicado extraordinariamente bien en medio de un archipiélago de islas paradisíacas y con un ambientazo nocturno envidiable así que ya tardábamos en ir.

Nos las prometíamos muy felices allí y así lo fue (jejeje) pero aclaro que la maldición que nos persigue de dejarnos cientos de cosas por ver, aquí actuó con su máxima virulencia. El obligado curso de buceo (PADI-Open Water) nos reclamaba más dedicación que la más exigente de las novias. Fueron tres días a full para poseer la cualidad de admirar en primera persona nuestro fabuloso mundo submarino. Sin duda, valió la pena.

Diving
Más divingObservar lo que esconde el mar bajo las olas es entrar en un nueva dimensión alucinante. Descender a sus profundidades reconfigura los sentidos haciendo que el sonido sea mucho más intenso, que los objetos engrandezcan pero sobretodo hace que experimentes la más real sensación de ingravidez sin estar en el espacio.

BAjo el mar

Después ves la constante lucha por la supervivencia de las diversas especies marinas y te das cuenta que ya has caído en las redes del buceo para siempre. Aprovecho para recordar lo importante que es conservar los corales de todo el mundo lo mejor posible ya que es en estos lugares en donde la mayoría de las pequeñas «crías» de todos pececillos encuentran ese refugio tan necesario para crecer en este exigente medio.

Caballito
LangostaAl salir de las clases de nuestra nueva afición íbamos siempre directos al hostel y fue aquí donde empezamos a darnos cuenta de dos importantes lecciones más para apuntar en este viaje de la vida.

Lo primero es que cuando vives como backpacker no pasas más de tres o cuatro días en un mismo sitio pero empiezas a darte cuenta de lo rápido que un nuevo hostel se te vuelve familiar. Solo con que pase un día vuelves a tener esa sensación de confianza pese a que la estancia es efímera. Además, al principio buscábamos habitaciones dobles y ahora ya dormimos en cuartos de 4 a 10 compañeros sin ningún complejo. Hay que economizar y en esto sí se puede.

Lo segundo es que nos hemos cruzado con gente a la que se le coge cariño muy rápido. Carlos ya ha citado a cada uno de los nuevos amigos ganados y que evitaré repetir, pero les mando un fuerte abrazo a tod@s! En Barna nos vemos con unas birras en las manos, campeon@s.

GrupoDe todas formas, me permitiré hablar un poco de David que con más de 40 primaveras a sus espaldas lleva 1 año y 4 meses viajando (http://dadabcn.wordpress.com/2014/01/31/bocas-del-toro-caribe-panameno/). Te transmite buena energía y actitud positiva que demuestra que tomar estas decisiones de cambiar de rumbo en tu vida y darte una vuelta solo pueden llevarte hacia una dirección: ser mejor persona y ser más feliz. Bravo maestro.

la fotoLas noches de Bocas del Toro fueron muy auténticas pero durante el día faltó visitar sus islitas cercanas, como Red Frog, la de la Estrella, o incluso las dos islas donde se hizo la primera edición de Supervivientes. Vamos a tener que abrir un apartado de «lo que el ojo no vio» o algo así jeje. Aunque tampoco nos supo tan mal perdérnoslo, porque para irnos a Colombia, David nos recomendó hacer el trayecto en un velero que pasa por el archipiélago de San Blas. Estas son las islas más vírgenes que se pueden ver por estos latifundios para luego cruzar el mar del Caribe hasta Cartagena de Indias.

velero
Cuando navegas por estas aguas que antaño dominamos y ves a lo lejos los grupos de islotes rebosantes de vegetación piensas que algún cofre del tesoro sigue oculto por alguno de sus rincones. Si las palmeras hablaran… jejeje

tesoro

Observar como nace este iceberg de arena en medio del océano es sorprendente. La rápida pendiente que adquieren sus colinas subterráneas es una toda una obra maestra de ingeniería. Las bonitas estrellas de mar que se diseminan por todos lados le dan un toque artístico y de color envidiable.

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Grupo árbol

Los 3 primeros días de esta vida sin preocupaciones en pleno velero escondían una pequeña contraprestación sin importancia… 50 horas finales de navegación por pleno Atlántico para llegar a nuestra querida Colombia. He de reconocer que se hizo muy largo este trayecto y sobre todo las últimas 12 horas en las que nos alcanzó un improvisado temporal. Aun así lo volvería a hacer todo sin dudarlo. El regalo de pescar estando rodeado totalmente por agua y con un enorme astro rey despidiendo el día lo tengo tatuado en mi mente.

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La tripulación compuesta por el capitán Fabián, junto con su educado e infatigable trabajador Carmelo lo pusieron todo de su parte para hacernos pasar unos días de ensueño. Buena gente. Y compartir esto con nuestros queridos compañeros de mareos (hay que decir que aguantamos todos muy bien el tipo) no tiene precio. Os mando un fuerte abrazo a todos y lo dicho, en Barcelona tenéis una casa.

Con mi amigo Carmelo.

Con mi amigo Carmelo.

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Informo de que encontré a Pacho! Estaba en las islas de San Blas pateándose los millones de la "primi" :P

Informo de que encontré a Pancho! Estaba en las islas de San Blas pateándose los millones de la «primi» :P

Por último, he de decir que Carlos está siendo un compañero insustituible para mí en esta aventura que hemos iniciado juntos y de la que ya llevamos más de un mes. :P

Hasta la próxima, amig@s!!!

NEXT DESTINATION:  COLOMBIA

Colombia